La Casa Torres Posse es una casa que sigue algunas tendencias del movimiento moderno. En ella, Sacriste innovó en la forma constructiva de materializar las paredes, para lo cual montó desde el interior un encofrado de madera y obtuvo una pared plana del lado interior y rústica del exterior.
La estructura de la casa es de paredes portantes de 30cm de ancho en piedra-bola partida dejada a la vista. Para su ejecución se usó un encofrado de tablas en el lado interior que permitió trabajar con dos tipos de superficies: la exterior, con el relieve de la piedra y la junta hundida; y la interior, plana.
La piedra, por ser abundante en el lugar y más económica que el adobe, resultó en el material fundamental para la materialización de este proyecto.
Para los tabiques divisorios internos se utilizaron ladrillos cerámicos encalados. La cubierta es una losa plana ajardinada de hormigón armado, recubierta por una capa de tierra y césped. Esto resulta ser un elemento aislante y, al mismo tiempo, integrador con el entorno («Vista la casa desde lo alto del valle, el techo se confunde con el terreno»). Además es uno de los cinco principios de Le Corbusier y la incluye en el movimiento moderno. Dicha losa se prolonga 90cm sobre los frentes norte y sur formando un alero, reforzando el sentido de horizontalidad y unidad del conjunto.
Este último es un espacio de doble altura que sirve como hall de entrada, al que se llega desde la calle por un camino de piedras. A partir de ahí, se ingresa al interior siguiendo un eje de circulación oeste-este que corre sobre el lado norte de este sector, conectando los espacios que lo conforman hasta llegar, por medio de una pequeña escalera, a la parte dispuesta sobre el nivel superior.
El proyecto manifiesta la exploración de los materiales y técnicas constructivas locales, dejados en su estado natural como la piedra de las paredes y la madera de las escuadrías; o bien pintados, como en el caso de las paredes de ladrillo o la losa de hormigón, con el cuidado de mantener expuesta la textura propia.
A ello se asocia la adaptación a las condicionantes naturales del sitio valorando la riqueza del entorno y buscando dialogar con suficientes referencias al debate internacional contemporáneo como para que actuara como una proclama ruralista escrita por y para una cultura metropolitana.
Los muros portantes, realizados con piedras autóctonas, fueron levantados mediante un sistema de entablonado de apoyo en la parte interior de la casa (lo que permitió obtener superficies planas) dejándoles su natural aspecto rústico en el exterior.
Sacriste la proyectó de adentro hacia afuera, la fachada era una resultante.
Esta vivienda se desarrolla en dos volúmenes (como se puede apreciar en el plano 1) girados a 135º. El primero de los volúmenes tiene una doble altura. Ese será el espacio que sirve como hall de entrada, al que se llega desde la calle por un camino de piedras. Dentro, toda la casa está estructurada en base a un pasillo, para obtener la máxima optimización del espacio y adaptar cada sala a su función.
Este primer espacio (plano 2) empieza en el Garaje (01), pasando por un pasillo hasta la sala de estar (02). Al no haber divisiones entre el pasillo y el salón, forman un único entorno que se prolonga hacia el extenso jardín al norte, a través de puertas-ventanas con celosías de madera.
A continuación, se encuentran el Dormitorio principal (03) y el Baño (04); una escalera de piedra que nos lleva al segundo piso, con cuatro dormitorios dispuestos en fila (plano 3) y que termina con un baño “tripartito”, como se ve en el plano 2 (02 y 03). A modo de balcón, este piso quedó semi-abierto hacia el interior.
Al segundo sector se accede desde el exterior, a través de una escalera en piedra y desde el mismo pasillo por donde recorrimos antes el salón y el dormitorio. Aquí se marcará el cambio entre los dos sectores, pues se distingue aquí el quiebro entre los dos volúmenes.
Así, llegamos a un comedor (06), desde donde podríamos entrar en la cocina (07) o a la galería-estancia (08), nuestro último espacio.
La delimitación de la Galería-Estancia, previendo el uso que se le daría durante todo el año, se resuelve de tal forma que se logra un adecuado confort climático: hacia el norte queda completamente abierta, integrándose con el jardín; y el lado sur se cierra con una galería para protegerse de los fuertes vientos que llegan desde esa dirección. (planos 4 y 5 para una mejor visión de este concepto).
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plano 1 |
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plano 2 |
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plano 3 |
plano 4 |
plano 5 |
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